Este miércoles, el patio del colegio se transformó en un auténtico laboratorio de experimentos. Los alumnos de cuarto y quinto de primaria habían preparado para sus compañeros de preescolar una serie de retos científicos que debían superar. Nuestra idea: despertar la curiosidad, estimular el espíritu de equipo y demostrar que la ciencia puede ser… ¡mágica!
Cada grupo de preescolar debía pasar por todos los talleres e intentar resolver un enigma:
- El submarino: ¿cómo hacer que una botella sumergida salga a la superficie?
- El remolino: ¿cómo conseguir que un tomate pequeño y una tuerca salgan a la superficie?
- ¡Flota!: ¿cómo transformar la plastilina para que flote en el agua?
- El sifón: ¿cómo trasvasar el agua de un recipiente lleno a uno vacío sin tocarla?
- El truco de magia: ¿cómo consigue la maga mover la bola mágica?
Los alumnos de cuarto y quinto habían preparado los experimentos con mucho cuidado: material listo, explicaciones claras y, sobre todo, mucha paciencia para ayudar a los más pequeños. Los alumnos de preescolar, intrigados, manipularon, probaron, a veces fracasaron… pero siempre volvieron a intentarlo con entusiasmo.
Al final de la mañana, las sonrisas estaban por todas partes: los pequeños orgullosos de haber superado los retos, los mayores felices de haber transmitido sus conocimientos. Este proyecto demostró que la ciencia se puede compartir, explicar y vivir juntos, sin importar la edad.
Los científicos de las clases de preescolar y CM1-CM2