Hoy son ellos los que hablan, el artista, la profe de música… y los propios alumnos. Cada uno con su voz, su emoción y su recuerdo.
Todo comenzó con una canción. El músico francés Julien Rouvière llegó a Cuba para grabar su nuevo disco, y especialmente una canción inspirada en el astronauta francés Thomas Pesquet. Quería un coro infantil. Y quiso que fueran ellos: nuestros alumnos.
Bajo la guía de la profe Isadora Cruz, los alumnos de 2do y 3er grado ensayaron durante semanas. Aprendieron mucho más que una melodía: descubrieron el valor de la escucha, del trabajo en equipo y de atreverse a crear.
Y sí… ¡grabaron en el mítico Estudio Ojalá de Silvio Rodríguez! Conocieron el lugar, los micrófonos, el proceso… Y también a Silvio. Un momento inesperado, mágico, inolvidable. Al final esto no se trató de solo una canción. Fue una experiencia que quedará en ellos para siempre. Una muestra de lo que somos en el LFIH: una escuela donde aprender también es vivir y sobretodo sentir.
